" Se cerró el sol, se cerró el sentido del sol, se iluminó el sentido de cerrarse."       

                                                                                                      Alejandra Pizarnik            

19 de marzo de 2021. Comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio en Argentina. Cuarentena por Covid 19. Inesperadamente, tuve que cerrar la puerta y abrir las ventanas.

Desaparecieron las certezas que estaban allá afuera, en las calles de la ciudad. Los relojes se detuvieron y el almanaque se descolgó. La cotidianeidad de mis ojos cambió. A partir de ese día comencé a contar el paso del tiempo a través de mis ventanas. 

Desde allí pude ver que había luces y sombras que cada día se dibujaban diferentes, y entonces supe que marzo había dado paso a abril, y abril a mayo. Y así el frío de una mañana nublada de julio, sin dibujar sombra alguna, a mi lado se sentó.

Mis ventanas me enseñaron que mientras para mí los días transcurrían tediosamente iguales unos a otros, y que la somnolencia de una tarde de domingo de pronto se adueñaba de una tarde de jueves, allí afuera, indiferente a todo, una enredadera continuaba con su vida.

Al cerrar la puerta pude comenzar a convivir con esos paisajes urbanos que siempre estuvieron pero que sin embargo me resultaban tan ajenos. En esa convivencia se produjo una suerte de simbiosis que hizo que muchas veces esa urbanidad transmitiera mis sensaciones interiores. De esa forma, este recorrido visual termina conformando algo así como una bitácora de mis días en cuarentena.